Un 15% de los adolescentes se ha sentido alguna vez acosado en las redes sociales, según una encuesta realizada por la asociación de consumidores Facua, que indica también que el 62% utilizan las redes que les gustan al margen de que esté permitido por su edad.
Esta encuesta forma parte de la campaña 'Enredados', en la que Facua ofrece consejos para actuar ante problemas relacionados con la privacidad, la configuración de la identidad digital y amenazas como el 'ciberacoso'.
El 5% de los encuestados señala que en alguna ocasión se ha sentido acosado y no sabía cómo actuar, mientras el 10% dice que percibió la amenaza y la denunció.
En la encuesta, realizada por Facua durante este mes de diciembre, han participado 789 adolescentes de entre 14 y 17 años de toda España.
Al ser preguntados por lo que harían si sufrieran acoso en las redes, el 29% indica que eliminaría de sus contactos a la persona en cuestión, el 7% dice que borraría su propio perfil y el 64 % que avisaría a un adulto.
El 29% indica que sólo está en las redes sociales en las que se lo permiten por su edad, el 10% pide autorización a sus padres cuando exigen una superior, mientras que el 62% está en todas las que le gustan.
La asociación ha puesto en marcha una página web, en la que aconseja a los usuarios que sufran 'ciberacoso' que guarden las comunicaciones si son mensajes o realicen capturas de pantalla o hagan fotos desde el móvil.
Tras ello, el afectado o un adulto pueden poner en conocimiento de la policía lo que sucede y con las pruebas guardadas se podrá iniciar una investigación para identificar a quien está amenazando.
Las redes sociales sirven a los adolescentes fundamentalmente para estar al día de lo que hacen los demás, según el 58% de los encuestados, mientras que para el 40% la mayor utilidad es la de quedar con los amigos y solo el 2% cree que les permiten tener protagonismo.
El principal uso que dan a las redes el 82% es comunicarse con sus amigos, el 13 % las utilizan como fuente de información y el 5% para adquirir conocimientos y formarse.
Casi uno de cada diez encuestados, el 8%, dice que tiene sus perfiles abiertos a la vista de cualquiera, frente al 89% que indica que tiene controlado quién puede ver o no sus contenidos.
miércoles, 2 de enero de 2013
El ADN confirma que los reyes Enrique IV y Luis XVI eran familia.
Un equipo de científicos franco-españoles ha ratificado que los restos tomados de la cabeza momificada de Enrique IV y de la sangre seca de Luis XVI cuentan con un perfil genético común. Esto valida que ambos eran familia.
El trabajo, cuyos resultados se han publicado en la revista 'Forensic Science International', "demuestran que Enrique IV y Luis XVI tienen el mismo patrimonio genético, que se hereda a través de los padres", ha señalado Philippe Charlier autor principal del estudio, patólogo forense del hospital Raymond Poincaré de Garches, cerca de París, y especialista en enigmas históricos.
Recreación de la cabeza de Enrique IV.| Reuters
Los resultados genéticos confirman "la veracidad del árbol genealógico que relaciona a Enrique IV y Luis XVI". Además, el estudio también ha servido para demostrar que la cabeza momificada corresponde, en efecto, al monarca.
Encontrada en 2008, la cabeza fue autentificada en 2010 por una veintena de especialistas encabezados por el propio Charlier. Sin embargo, todavía no habían extraido ADN.
Un pañuelo usado en la guillotina
En cuanto a la sangre atribuida a Luis XVI fue analizada en 2011 por un equipo italiano-español dirigido por el Carles Laluela Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona. Los restos se obtuvieron de un pañuelo empapado de la sangre del rey del día en que fue guillotinado el 21 de enero de 1793.
A los dos reyes de Francia les separan siete generaciones. Luis XVI está emparentado directamente con Enrique IV por la línea paterna, que fue asesinado por Ravaillac 14 de mayo de 1610.
La confirmación de la descendencia paterna entre Enrique IV y Luis XVI también proporciona una respuesta indirecta a los historiadores que dudaban de que Luis XIV era el hijo de Luis XIII, y no de Mazarin.
"El niño milagro", nació 20 años después de la boda de Luis XIII, el primer hijo de Enrique IV, con Ana de Austria.
El trabajo, cuyos resultados se han publicado en la revista 'Forensic Science International', "demuestran que Enrique IV y Luis XVI tienen el mismo patrimonio genético, que se hereda a través de los padres", ha señalado Philippe Charlier autor principal del estudio, patólogo forense del hospital Raymond Poincaré de Garches, cerca de París, y especialista en enigmas históricos.
Recreación de la cabeza de Enrique IV.| Reuters
Los resultados genéticos confirman "la veracidad del árbol genealógico que relaciona a Enrique IV y Luis XVI". Además, el estudio también ha servido para demostrar que la cabeza momificada corresponde, en efecto, al monarca.
Encontrada en 2008, la cabeza fue autentificada en 2010 por una veintena de especialistas encabezados por el propio Charlier. Sin embargo, todavía no habían extraido ADN.
Un pañuelo usado en la guillotina
En cuanto a la sangre atribuida a Luis XVI fue analizada en 2011 por un equipo italiano-español dirigido por el Carles Laluela Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona. Los restos se obtuvieron de un pañuelo empapado de la sangre del rey del día en que fue guillotinado el 21 de enero de 1793.
A los dos reyes de Francia les separan siete generaciones. Luis XVI está emparentado directamente con Enrique IV por la línea paterna, que fue asesinado por Ravaillac 14 de mayo de 1610.
La confirmación de la descendencia paterna entre Enrique IV y Luis XVI también proporciona una respuesta indirecta a los historiadores que dudaban de que Luis XIV era el hijo de Luis XIII, y no de Mazarin.
"El niño milagro", nació 20 años después de la boda de Luis XIII, el primer hijo de Enrique IV, con Ana de Austria.
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